Lo primero que percibimos al observar una poinsettia son los bonitos colores de sus hojas. Pensamos a menudo que son flores, pero realmente son sus brácteas, que adquieren una forma estrellada alrededor de las auténticas flores, que son pequeñas y amarillas. La clásica poinsettia roja nos resulta familiar, pero lo cierto es que las tendencias la están llevando por el mundo de los colores pastel, como el salmón, el rosa, el limón y el melocotón.
La poinsettia (Euphorbia pulcherrima), también conocida como “Estrella de Navidad”, proviene de México y de Centroamérica, donde crece como un arbusto herbáceo que puede alcanzar una altura de 4 metros. La planta florece en exteriores desde noviembre a febrero.
Elige la tuya
Las gamas de poinsettias se expanden constantemente, pudiéndose encontrar desde versiones minis hasta colgantes, pasando por el tamaño estándar y las formas arbustivas. Sus colores principales son rojo y blanco, aunque cada vez se puede encontrar en más colores nuevos, como el lila, el crema o el salmón, o incluso bicolor. Sus brácteas se decoran con tintes, brillo u otro tipo de tratamientos decorativos, y es que ofrecen múltiples oportunidades para crear la atmósfera navideña ideal.
Cuidados básicos
- A la poinsettia le gustan los lugares luminosos, pero sin luz directa.
- El sustrato debería estar siempre ligeramente húmedo.
- La planta no se lleva bien con las corrientes de aire ni con los lugares excesivamente calurosos (cerca de la calefacción o de la chimenea).
- La poinsettia agradece que la abonemos una vez cada quince días.
- Si las hojas de tu poinsettia se vuelven amarillas y se caen, deberías de situar la planta en un lugar más fresco y luminoso e incrementar el nivel de humedad.