Las cambrias son orquídeas híbridas con flores abundantes, algunas de ellas perfumadas. Sus abundantes varas llenas de pequeñas flores, nacidas de pseudobulbos, pueden encontrarse en múltiples colores y sus largas hojas verdes son también de lo más decorativas. Estas plantas pueden florecer incluso dos veces al año, con un promedio de floración de unas 8 semanas.
Origen
Las cambrias son orquídeas nacidas del cruce de especies de distintos géneros en los invernaderos holandeses. Cuando se popularizaron en los centros de jardinería se impuso uno de los cultivares para denominarlas a todos: la cambria.
Elige la tuya
Existen múltiples cultivares de cambrias, pero destacamos algunas como la ‘Jungle Monarch Everglades’, con flores que huelen levemente a chocolate, la ‘Hansuelli Isler’, con flores amarillas punteadas de marrón, la ‘Bob Cat’, con pétalos marrones ribeteados de amarillo y labelo rojo púrpura o la ‘Barthley Schwarz’, de flores rojas con un ancho labelo blanco.
Cuidados básicos
- Las cambrias necesitan un espacio luminoso, pero fuera del sol directo. Puedes situarlas en semisombra en verano.
- Estas plantas se sienten cómodas cuando se encuentran entre 18 y 24 grados en verano, y entre 18 y 22 en invierno.
- A la hora de regar, lo idóneo es hacerlo por inmersión en agua tibia, aproximadamente 10 minutos, una o dos veces por semana en verano y una vez cada semana y media en invierno.
- Puedes abonarlas en verano cada mes con un fertilizante especializado para orquídeas. En invierno será suficiente con hacerlo cada dos meses.
- Lo ideal es cambiarlas de maceta cada dos o tres años, una maceta opaca, al contrario que la de sus hermanas Phalaenopsis. El momento perfecto para hacerlo es después de la floración.