Las flores de la orquídea Cymbidium permanecen durante semanas erguidas como una antorcha con flores rojas, moradas, rosas, naranjas, amarillas, verdes y flores bicolor que en ocasiones desprenden una ligera y agradable fragancia.
Su imponente presencia y envergadura la han convertido en la conocida como “Reina de las Orquídeas”. Una de sus particularidades es que, al contrario que la mayoría de orquídeas, no cuenta con sus raíces al aire, si no que éstas están enmarañadas en forma de bola y solamente se encuentra disponible en otoño e invierno.
Parece tropical, pero le gustan los ambientes frescos y sobrevive en las laderas del Himalaya. Incluso en ese paisaje de rocalla con sustratos pobres, produce flores elegantes y misteriosas, una resistente planta que puede desenvolverse bien en interiores.
Elige la tuya
El Cymbidium puede encontrarse en muchos colores, desde el color crema verdoso, hasta el blanco, pasando por el rojo marronáceo, el amarillo o el rosa.
Los pétalos tienen un color uniforme, aunque también pueden ser estampados a rayas o con manchas. El color del borde de los pétalos también puede variar, aunque la antera siempre es blanca. El Cymbidium crece lentamente: desde que es un brote hasta que se desarrolla como orquídea en flor pueden pasar unos cinco años de media, lo que la hace una planta valiosa y fuerte.
Cuidados básicos
- El Cymbidium prefiere situarse en un lugar luminoso, pero sin sol directo.
- Al contrario que otras orquídeas, el Cymbidium cuenta con una bola de raíces. Puedes sumergirla en agua una vez cada quince días durante media hora. Tras sumergirla, permítele el drenaje.
- Una vez que el Cymbidium ha terminado de florecer, corta los tallos de la flor, retira la planta a un lugar luminoso y fresco y lo más probable es que desarrolle nuevos tallos.